¿Por qué estudiaste Logopedia?
Pues, la verdad, fue casualidad. Estaba mirando qué hacer con mi futuro y yo sabía que quería dedicarme a algo de Sanidad y me llamó la atención Logopedia. No sabía muy bien lo que era, me puse a investigar, a conocer gente que había ido al logopeda, qué ámbitos se trabajaba y dije «esto va a ser lo mío». Y, a partir de ahí, fue todo rodado.

¿Logopedia ha cumplido con tus expectativas?
Más de lo que en un principio pensaba. A medida que he ido conociendo, he descubierto tantos ámbitos, tantos aspectos que trabajar, tanto que poder ayudar que, sí, me ha sorprendido gratamente.

¿Qué es lo mejor de trabajar en AUMENTA?
El gran equipo que somos. Creo que tener un equipo multidisciplinar, en el que todas nos apoyamos, en el que nos podamos consultar entre todas y que, de esta manera, ayudar al paciente de una manera mucho más amplia.

¿Qué es lo que más te gusta de tu día a día?
Pues la verdad, que el paciente cuando entre, entre contento, y cuando se vaya, se vaya más contento aún. Que no vengan aquí como algo forzoso, sino que busquen el que vengan felices, el que te llamen, el que, de repente, la mamá te diga «tenía muchas ganas de venir a jugar contigo». Esa ilusión.

¿Recuerdas algún caso especial?
Pues, la verdad, es que al final cada caso tiene su algo especial, de cada caso se puede sacar algo, se puede conseguir algo. Pues eso, ves a esa persona que ha conseguido ese objetivo que te habías marcado, que la familia está contenta, creo que cada caso tiene algo único.