¿Por qué elegiste Terapia Ocupacional?
Creo que, más bien, la Terapia Ocupacional me eligió a mí. Cuando salí del instituto no sabía que carrera cursar, al final, tienes un montón de opciones, y de repente, apareció Terapia Ocupacional y me pareció una carrera muy bonita y que, creía, podía encajar muy bien. El primer año no me cogieron, me quedé fuera y cuando ya me había olvidado de ella, pues, al año siguiente, llegó una carta como que ya estaba admitida y decidí tirar hacia adelante.

¿Por qué trabajar con personas?
Pues siempre me ha gustado ayudar a las personas. Me he sentido muy cómoda y con el mundo de la discapacidad sobre todo. Y cuando elegí esta carrera una de las cosas que más me tiró fue eso, ayudar a las personas y, concretamente, el mundo de la pediatría me gusta mucho.

¿Qué es la Terapia Ocupacional?
Es una disciplina dentro de la rama sociosanitaria donde, en el caso de trabajar con niños, intentamos que sean lo más autónomos en su vida diaria. Trabajamos en actividades como el vestido, la alimentación, el juego, sobre todo, que es una de las principales actividades de los niños… y con ello ayudar un poco a sus familias, asesorando a sus familias, para intentar que la vida de los niños que acuden al centro sea mucho más autónoma y mejor.

¿Qué caso destacarías de tus años trabajando en AUMENTA?
Sí, hay uno de los casos con los que empecé, con un niño con TEA, que las primeras sesiones fueron muy difíciles, porque, continuamente, huía, no quería estar, tendía a tirarme del pelo y de las gafas… un poco locura. Pero, poco a poco, se fue afianzando el vínculo con él y ha mejorado un montón. El niño está muy bien y me siento súper feliz de haber podido ayudarle.